lunes, 1 de diciembre de 2014

TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA: JUNGLER HABERMAS


Habermas contempla la acción comunicativa y el mundo de la vida como conceptos "complementarios". En concreto, la acción comunicativa puede considerarse como algo que ocurre dentro del mundo de la vida:
Por decirlo así, el mundo de la vida es el lugar trascendental donde se encuentran el hablante y el oyente, donde de modo recíproco reclaman que sus posiciones encajan en el mundo... y donde pueden criticar o confirmar la validez de las pretensiones, poner en orden sus discrepancias y llagar a acuerdos (Habermas 1987:126)
Habermas pretende interpretar el mundo de la vida bajo las categorías del Humboldt, suponiendo "una conexión interna entre las estructuras del mundo de la vida y la imagen lingüística del mundo". El lenguaje y la cultura son constitutivos del mundo de la vida mismo.

En la práctica comunicativa cotidiana no hay situaciones absolutamente desconocidas. Incluso las nuevas situaciones emergen a partir de un mundo de la vida constituido desde un acervo cultural de saber que ya nos es siempre familiar, Por lo tanto, no es posible huir del mundo de la vida:
"...los agentes comunicativos se mueven siempre dentro del horizonte que es su mundo de la vida; de él no pueden salirse”.
El acervo de saber del mundo de la vida provee, según Habermas, a los participantes de la acción de convicciones de fondo aproblemáticas, que más adelante darán lugar a los procesos de entendimiento. En otras palabras: si la acción comunicativa es posible, lo es sobre el horizonte aproblemático del mundo de la vida.
El mundo de la vida constituye un "trasfondo moldeador y contextual de los proceso por lo que se alcanza la comprensión "mediante la acción comunicativa (204) Implica una amplia serie de suposiciones no expresadas sobre la comprensión mutua que ha de existir y de suposiciones que deben ser mutuamente comprendidas para que la comunicación tenga lugar.
  Según Bernstein, "Habermas quiere hacer justicia a la integridad del mundo vital y a los sistemas sociales, y demostrar cómo cada uno presupone al otro. No podemos comprender el carácter del mundo vital a menos que comprendamos los sistemas sociales que lo configuran, y no podemos comprender los sistemas sociales a menos que veamos cómo surgen a partir de las actividades de los agentes sociales".
Otra forma de ver esta polaridad sociológica es a través del concepto de racionalidad, porque mundo vital y sistema representan a su vez dos formas distintas de racionalidad, Bernstein agrega, La síntesis del sistema y de las orientaciones del mundo vital se integra con la delineación que hace Habermas de las diferentes formas de racionalidad y racionalización: la racionalidad de los sistemas es un tipo de racionalidad deliberada-racional, la racionalidad del mundo vital es una racionalidad comunicativa".
Habermas se preocupa por la racionalización del mundo de la vida porque implica una comunicación cada vez más racional en el mundo de la vida. Cree que cuanto más racional es el mundo de la vida, más probable es que la interacción esté controlada por una "comprensión mutua motivada racionalmente". Esta comprensión --el método racional para alcanzar consenso-- se basa en última instancia en la autoridad del mejor argumento.

El supuesto de la teoría de la acción comunicativa es que, existen tres mundos, los que constituyen conjuntamente el sistema de referencia que los hablantes suponen en común en los procesos de comunicación. El mundo externo alude a los mundos objetivo y social, y el interno al mundo.

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